Reflexiones sobre el Conflicto: Israel y Palestina
- Indira Torrez L.
- 5 sept 2024
- 2 Min. de lectura
Por: Indira Torrez

Ph:hosnysalah (2022)
Estos meses hemos sido testigos de uno de los conflictos bélicos más importantes de los últimos tiempos, la guerra entre Israel y Palestina. Este suceso ha sido cubierto por varios medios de comunicación recientemente y aunque sea un conflicto con antecedentes de muchos años atrás el mundo volvió a mirar hacia medio oriente el 7 de octubre de 2023 cuando el grupo terrorista Hamas secuestró a 100 civiles entre Israelíes y extranjeros en un festival de música.
Las reacciones del mundo no se hicieron esperar. Muchas personas expresaron su repudio y demostraron su apoyo a Israel, sin embargo, desde que el conflicto se volvió más mediático algunas personas en redes sociales comparten su opinión de manera irresponsable olvidando que esta guerra tiene muchos años de trayectoria. Es algo positivo que todos tengan una opinión al respecto y la manifiesten abiertamente, pero es importante recordar que no se trata de un superficial partido de fútbol en donde demuestras tu apoyo a un bando colocando su bandera en redes sociales.
Es crucial comprender el contexto geopolítico de cualquier conflicto para obtener una visión completa de sus raíces y dinámicas. Y es igualmente fundamental reconocer que independientemente de las complejidades políticas, la violencia desproporcionada y los crímenes de guerra deben ser condenados sin reservas. En muchos conflictos, incluido el que se desarrolla en la región, la carga de la violencia desmedida recae predominantemente en un solo bando. Esta realidad no debe ser ignorada ni justificada.
Según los datos de Al Jazeera, reconocida cadena de noticias con sede en Catar, desde el 7 de octubre hasta el 5 de septiembre del 2024 más de 40.000 palestinos han muerto en ataques israelíes, además que los sobrevivientes de la región se encuentran en muchos casos en pobreza extrema y desnutrición por medidas de contención del gobierno Israelí.

Aljazeera
Reconocer que la incomodidad que sentimos al presenciar el sufrimiento de otros es una manifestación de nuestra humanidad.Esta incomodidad hace que ignorar la opresión de personas en cualquier parte del mundo nos resulte casi imposible. Si bien es cierto que desde nuestro continente sudamericano nuestras acciones para influir en el conflicto pueden ser limitadas, pero no podemos subestimar el poder de la palabra y la acción informada. Aunque no estemos en el centro del conflicto, nuestra responsabilidad como humanos implica seguir hablando sobre el tema, informando y concientizando a otros sobre los derechos humanos que se han estado vulnerando. Al mantener viva la conversación contribuimos a mantener la memoria de las víctimas.
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